Ante la problemática actual de la
gran CRISIS PASTORAL, es necesario mostrar la imagen bíblica del pastor. Se
cree que el problema está en la falta de vocación por ser pastor, pero a mi
parecer, no es solamente eso, puede ser más bien por
la falta de conciencia y tarea pastoral. Lo bueno es que esto no es un problema
de muerte, al contrario esto puede y debe ser el principio de un nuevo
nacimiento, de nuevos ministerios y liderazgos eclesiales. En el Evangelio de
Juan encontramos la explicación más acertada dicha por la personas mejor
calificada para este tema (Jesús) Este evangelio nos dice (Juan 10:12-18) NVI "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.
El asalariado no es el pastor, y a él no
le pertenecen las ovejas. Cuando ve que
el lobo se acerca, abandona las ovejas y
huye; entonces el lobo ataca al rebaño y
lo dispersa. Y ese hombre huye porque,
siendo asalariado, no le importan
las ovejas. "Yo soy el buen pastor;
conozco a mis ovejas, y ellas me
conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este
redil, y también a ellas debo
traerlas. Así ellas escucharán mi
voz, y habrá un solo rebaño y un solo
pastor. Por eso me ama el Padre: porque
entrego mi vida para volver a recibirla.
Nadie me la arrebata, sino que yo
la entrego por mi propia voluntad. Tengo
autoridad para entregarla, y tengo
también autoridad para volver a recibirla.
Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre."
Jesús el Buen Pastor (Una Imagen
Bíblica)
A
manera de Introducción:La figura del pastor y su rebaño no nos pertenece, es tomada del mundo cotidiano del antiguo oriente. Aunque este pasaje de Juan (y la figura de Jesús, el Buen Pastor) influye mucho en la visión posterior de la iglesia cristiana, la cual toma a sus ministros como PASTORES e interpreta su acción ministerial como PASTORAL.
Dios
mismo se muestra como un pastor que cuida su rebaño de hombres, especialmente
de su pueblo, Israel (ahora la Iglesia es su pueblo), tratándolo con amor,
(Isaías 40:11) NVI nos dice “Como un pastor que cuida su rebaño, recoge
los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho; y guía con cuidado a
las recién paridas.” También (Jeremías 31:10) NVI nos hace ver este mismo Dios
como pastor el cual nos dice “Naciones, escuchen la palabra del Señor, y
anuncien en las costas más lejanas: El que dispersó a Israel, lo reunirá; lo
cuidará como un pastor a su rebaño”.
Realmente
el Antiguo Testamento nos hace saber que Dios es el Pastor de Israel, El (Salmo
23:1) NVI dice “El Señor es mi pastor; nada me faltará.” Por último uno de los
pasajes donde más se le reclama a los pastores es Ezequiel el cual nos hace ver
las faltas de los pastores de esa época (Faltas que en la actualidad aún las
cometen algunos pastores) y nos muestra como Dios mismo se vuelve pastor para
cuidar a sus ovejas. (Ezequiel 34:5-12) NVI nos dice: “Por eso las ovejas se han dispersado:
¡por falta de pastor!
Por eso están a la merced de las fieras salvajes. Mis ovejas andan descarriadas
por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe
por buscarlas. Por tanto, pastores, escuchen bien la palabra del Señor: Tan
cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que por falta de pastor
mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las fieras
salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos
pero no de mis ovejas. Por tanto, pastores, escuchen la palabra del Señor. Así
dice el Señor omnipotente: Yo estoy en contra de mis pastores. Les pediré
cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis
ovejas, y no se apacentarán más a sí mismos. Arrebataré de sus fauces a mis
ovejas, para que nos les sirvan de alimento. "Así dice el Señor
omnipotente: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño. Como
un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de
mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de
nubarrones, se hayan dispersado.”
Aún los jefes de Israel reciben
características de Pastor, aunque aparentemente nunca se les atribuye
directamente ese título, el cual será propio del Mesías: (Ezequiel 34:23-24)
NIV dice “voy a salvar a mis ovejas, y ya no les servirán de presa. Yo juzgaré
entre ovejas y ovejas. Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las
apacentará y será su único pastor. Yo, el Señor, seré su Dios, y mi
siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho.” Es aquí donde llega
la imagen del Pastor Mesiánico.
Cuando
nos referimos a Jesús, el Hijo de Hombre, en la figura del pastor que
separa a su rebaño aquí en Mateo, se sigue la línea de este viejo simbolismo.
La tradición del Pastor-rey es parte del pensamiento político de Israel, en
esta tradición Dios mismo aparece como pastor supremo del pueblo en
(Ezequiel 34:23-24) RV60 nos dice “Y
levantare sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David él
las apacentará. Y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi
siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.”, aquí se toma
una visión más propia de los reinos de oriente que de la gran democracia griega
(los miembros del pueblo ya no aparecen como rebaño de un pastor, sino como
grupos libres): En (Mateo 25:31-34) NVI nos dice: “Cuando el Hijo del hombre
venga en su gloria, con todos sus
ángeles, se sentará en su trono
glorioso. Todas las naciones se reunirán
delante de él, y él separará a unos de
otros, como separa el pastor las ovejas
de las cabras. Pondrá las ovejas a su
derecha, y las cabras a su
izquierda. "Entonces dirá el Rey...”
Aunque
la imagen sea tradicional, el simbolismo de fondo es totalmente nuevo: en este
pasaje vemos a un pastor que se identifica con sus ovejas; no manda
sobre ellas desde arriba, tampoco las protege desde afuera, al contrario: el
vive y sufre en ellas; es un pastor hecho oveja, se convierte en un pastor
que comparte la vida de los otros, especialmente de los más débiles. En este
punto estamos claramente, en una línea de evangelio, y debe ser entendida desde la parábola de la
oveja perdida, refiriéndome a (Lucas 15:4-6) NVI cuando nos dice: “Supongamos
que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el
campo, y va en busca de la oveja perdida
hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,
lleno de alegría la carga en los hombros
y vuelve a la casa. Al
llegar, reúne a sus amigos y
vecinos, y les dice: Alégrense
conmigo; ya encontré la oveja que se me
había perdido.”, y desde la gran característica de Juan 10, donde las ovejas
dejan de ser animales dirigidos por un guía el cual es superior a ellos y se
vuelven amigos del pastor.
De la oveja perdida al Buen Pastor
(Juan 10)
En
este pasaje, Jesús toma la imagen del pastor pero la recrea desde el evangelio,
mostrando así su piedad (misericordia) por los hombres, ya que están dispersos
y perdidos, como ovejas que no tienen pastor. Su acción misericordiosa, se
viene a mostrar de manera privilegiada aquí en la parábola del pastor
recordando (Lucas 15:4-6).
A
Jesús se le acuso de sentarse a la mesa y comer con pecadores, de perdonar y
recibir en su mesa a los expulsados de la alianza (publicanos y prostitutas).
La manera de defenderse ante esta acusación es contando esta parábola, en la
que Dios (pastor mesiánico) viene y muestra su solidaridad y amor con las
ovejas perdidas. (Juan 10:12-16) NVI "Yo
soy el buen pastor. El buen pastor da su
vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor, y a él no le pertenecen las ovejas. Cuando ve que el lobo se acerca, abandona las ovejas y huye; entonces el lobo ataca al rebaño y lo
dispersa. Y ese hombre huye porque,
siendo asalariado, no le importan
las ovejas. "Yo soy el buen pastor;
conozco a mis ovejas, y ellas me
conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este
redil, y también a ellas debo
traerlas. Así ellas escucharán mi
voz, y habrá un solo rebaño y un solo
pastor.”
Ante
este pasaje, el pastor se ha convertido en padre y amigo del rebaño, siendo él
mismo rebaño. Son tres los elementos principales de esta alegoría (simbolismo o
característica) del Jesús pastor:
1)
Un
elemento cristológico:
Jesús se convierte en el genuino pastor, el único que puede conducir hasta la
meta a su rebaño. Esto es lo que lo hace diferente a los malos pastores, los
cuales se presentan como salvadores, siendo en realidad solamente asalariados,
que se aprovechan del rebaño.
2)
Un
elemento eclesiológico:
Jesús es el verdadero pastor, porque conoce a las ovejas (las naciones, los
hombres, a ti, a mi), dialoga con ellas (tu y yo) en la intimidad del corazón.
Solamente sobre ésta base, la del conocimiento personal, se puede fundar la
comunidad de los salvados como iglesia donde todos tienen un lugar para vivir
en plenitud. Jesús se muestra como pastor y puerta del rebaño; Jesús es el
guía, pero también, la casa para las ovejas.
3) Un elemento intradivino: El tener una unidad entre el pastor
y las ovejas refleja en este mundo el gran misterio del encuentro de Cristo con
el Padre, de esta forma lo presenta (Juan 20). De este modo, el cual se lleva
hasta el extremo de la figura del pastor, Jesús nos saca del ámbito animal, para
situarnos en un plano intensamente personal, de comunicación efectiva. Es de
esta misma manera como debemos interpretar el cargo de Jesús a Pedro a quien
pide apacentar a sus ovejas según lo dice (Juan 21:16-17) RV60 “Volvió a
decirle la segunda vez: Simón, hijo de
Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor;
tú sabes que te amo. Le dijo:
Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?
Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.” En esta
línea se puede decir entonces que los ministros de la iglesia son pastores que
aman a las ovejas, que dialogan con ellas como lo hizo el Buen Pastor (Cristo).
La iglesia necesita pastores, pero
pastores nuevos para los nuevos tiempos, unos pastores que logren reflejar y
actualizar, en las nuevas condiciones culturales y sociales de la
postmodernidad, el impulso de Jesús y de sus primeros seguidores. No debe
tratarse simplemente de mantener la iglesia para que no se caiga, sino de de
rehacerla, tomando su fundamento que es Cristo.
El Pastor no debe limitarse a preparar un mensaje, un sermon, y predicarlo, un pastor de amor debe relacionarse con sus ovejas, escucharlas, atenderlas, cuidarlas con amor, mas que mostrarse como un lider encima de ellas, debe estar como guía a lado de ellas, siendo el mismo oveja, mostrandose amigo de batalla en el evangelio, no mostrarse como alguien inaccesible, sino abierto a compartir y vivir con ellas. Un pastor de amor, sigue el ejemplo del Jesús de amor... y da su vida por las ovejas...