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lunes, 22 de abril de 2013

En busca del Buen Pastor: Un pastor de Amor… (Juan 10:12-18)


Ante la problemática actual de la gran CRISIS PASTORAL, es necesario mostrar la imagen bíblica del pastor. Se cree que el problema está en la falta de vocación por ser pastor, pero a mi parecer, no es solamente eso, puede ser más bien por la falta de conciencia y tarea pastoral. Lo bueno es que esto no es un problema de muerte, al contrario esto puede y debe ser el principio de un nuevo nacimiento, de nuevos ministerios y liderazgos eclesiales. En el Evangelio de Juan encontramos la explicación más acertada dicha por la personas mejor calificada para este tema (Jesús) Este evangelio nos dice (Juan 10:12-18) NVI "Yo soy el buen pastor.  El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor,  y a él no le pertenecen las ovejas.  Cuando ve que el lobo se acerca,  abandona las ovejas y huye;  entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y ese hombre huye porque,  siendo asalariado,  no le importan las ovejas. "Yo soy el buen pastor;  conozco a mis ovejas,  y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él,  y doy mi vida por las ovejas.  Tengo otras ovejas que no son de este redil,  y también a ellas debo traerlas.  Así ellas escucharán mi voz,  y habrá un solo rebaño y un solo pastor.  Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla.  Nadie me la arrebata,  sino que yo la entrego por mi propia voluntad.  Tengo autoridad para entregarla,  y tengo también autoridad para volver a recibirla.  Éste es el mandamiento que recibí de mi Padre."
 
Jesús el Buen Pastor (Una Imagen Bíblica)
A manera de Introducción:
La figura del pastor y su rebaño no nos pertenece, es tomada del mundo cotidiano del antiguo oriente. Aunque este pasaje de Juan (y la figura de Jesús, el Buen Pastor) influye mucho en la visión posterior de la iglesia cristiana, la cual toma a sus ministros como PASTORES e interpreta su acción ministerial como PASTORAL.

 En el antiguo Oriente (Babilonia, Asiria…), un Pastor era el rey, el cual protegía y guiaba a sus rebaños de hombres. Ejerciendo desde arriba su oficio, como ministro superior de Dios: el debía ayudar a los débiles y proteger a los enfermos, podemos decir entonces que en el Reino de Dios, un Pastor es aquel que cuida del rebaño grande de los hombres. En este mundo el Pastor es el buen rey divino… como se puede notar, en esta imagen tan valiosa, se corre el riesgo de establecer una distancia entre el guía-pastor, el cual es el único individuo activo (en otras palabras el único ser libre), y el resto de los hombres, se ven como rebaño pasivo. Es por esto mismo que, en Grecia, se va apagando la imagen antigua de los reyes pastores con la invención de la democracia.

 El Pastor en el Antiguo Testamento
El primer pastor es Abel (Génesis 4:2) “Abel se dedicó a pastorear ovejas”  luego sigue el hijo de Lamec, Yabel (Jabal), que fue el padre de todos los que crían ganado y viven en tiendas (Génesis 4:20), también están los Patriarcas, los cuales fueron pastores de ganados. En realidad la Biblia está llena de Pastores, aún cuando la cultura dominante de Israel acaba siendo agrícola y urbana. Otro personaje es David, el cual era pastor de ovejas en los campos de Belén según (1 Samuel 16:11). El recuerdo de David, se ha mantenido vivo en la tradición mesiánica. De hecho (Salmo 78:70-72) NVI nos dice “Escogió a su siervo David,   al que sacó de los apriscos de las ovejas, y lo quitó de andar arreando los rebaños  para que fuera el pastor (rey) de Jacob (Israel),  su pueblo; el pastor de Israel,  su herencia. Y David los pastoreó con corazón sincero;   con mano experta los dirigió.” Esto hace entender que su oficio y tarea de pastor de ovejas, sirve de base simbólica para entender su trabajo de pastor del pueblo.

Dios mismo se muestra como un pastor que cuida su rebaño de hombres, especialmente de su pueblo, Israel (ahora la Iglesia es su pueblo), tratándolo con amor, (Isaías 40:11) NVI nos dice “Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho; y guía con cuidado a las recién paridas.” También (Jeremías 31:10) NVI nos hace ver este mismo Dios como pastor el cual nos dice “Naciones, escuchen la palabra del Señor, y anuncien en las costas más lejanas: El que dispersó a Israel, lo reunirá; lo cuidará como un pastor a su rebaño”.

Realmente el Antiguo Testamento nos hace saber que Dios es el Pastor de Israel, El (Salmo 23:1) NVI dice “El Señor es mi pastor; nada me faltará.” Por último uno de los pasajes donde más se le reclama a los pastores es Ezequiel el cual nos hace ver las faltas de los pastores de esa época (Faltas que en la actualidad aún las cometen algunos pastores) y nos muestra como Dios mismo se vuelve pastor para cuidar a sus ovejas. (Ezequiel 34:5-12) NVI nos dice: “Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes. Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas. Por tanto, pastores, escuchen bien la palabra del Señor: Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que por falta de pastor mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las fieras salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos pero no de mis ovejas. Por tanto, pastores, escuchen la palabra del Señor. Así dice el Señor omnipotente: Yo estoy en contra de mis pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas, y no se apacentarán más a sí mismos. Arrebataré de sus fauces a mis ovejas, para que nos les sirvan de alimento. "Así dice el Señor omnipotente: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño. Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, se hayan dispersado.”

Aún los jefes de Israel reciben características de Pastor, aunque aparentemente nunca se les atribuye directamente ese título, el cual será propio del Mesías: (Ezequiel 34:23-24) NIV dice “voy a salvar a mis ovejas, y ya no les servirán de presa. Yo juzgaré entre ovejas y ovejas. Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor.  Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho.” Es aquí donde llega la imagen del Pastor Mesiánico.

 El Pastor Mesiánico (Mateo 25:31-46)
Al hablar de un pastor Mesiánico, se habla de que las ovejas (las más pequeñas) están en riesgo, al afirmar que Dios cuida de las ovejas y da la promesa del nuevo pastor mesiánico, se crea el punto de partida de una visión teológico-simbólica que nos lleva hasta (Mateo 25:32), donde el pastor se identifica con las ovejas más pequeñas del rebaño.

Cuando nos referimos a Jesús, el Hijo de Hombre, en la figura del pastor que separa a su rebaño aquí en Mateo, se sigue la línea de este viejo simbolismo. La tradición del Pastor-rey es parte del pensamiento político de Israel, en esta tradición Dios mismo aparece como pastor supremo del pueblo en (Ezequiel 34:23-24)  RV60 nos dice “Y levantare sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David él las apacentará. Y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.”, aquí se toma una visión más propia de los reinos de oriente que de la gran democracia griega (los miembros del pueblo ya no aparecen como rebaño de un pastor, sino como grupos libres): En (Mateo 25:31-34) NVI nos dice: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria,  con todos sus ángeles,  se sentará en su trono glorioso.  Todas las naciones se reunirán delante de él,  y él separará a unos de otros,  como separa el pastor las ovejas de las cabras.  Pondrá las ovejas a su derecha,  y las cabras a su izquierda.  "Entonces dirá el Rey...”

Aunque la imagen sea tradicional, el simbolismo de fondo es totalmente nuevo: en este pasaje vemos a un pastor que se identifica con sus ovejas; no manda sobre ellas desde arriba, tampoco las protege desde afuera, al contrario: el vive y sufre en ellas; es un pastor hecho oveja, se convierte en un pastor que comparte la vida de los otros, especialmente de los más débiles. En este punto estamos claramente, en una línea de evangelio, y  debe ser entendida desde la parábola de la oveja perdida, refiriéndome a (Lucas 15:4-6) NVI cuando nos dice: “Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas.  ¿No deja las noventa y nueve en el campo,  y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,  lleno de alegría la carga en los hombros  y vuelve a la casa.  Al llegar,  reúne a sus amigos y vecinos,  y les dice: Alégrense conmigo;  ya encontré la oveja que se me había perdido.”, y desde la gran característica de Juan 10, donde las ovejas dejan de ser animales dirigidos por un guía el cual es superior a ellos y se vuelven amigos del pastor.

De la oveja perdida al Buen Pastor (Juan 10)
En este pasaje, Jesús toma la imagen del pastor pero la recrea desde el evangelio, mostrando así su piedad (misericordia) por los hombres, ya que están dispersos y perdidos, como ovejas que no tienen pastor. Su acción misericordiosa, se viene a mostrar de manera privilegiada aquí en la parábola del pastor recordando (Lucas 15:4-6).

A Jesús se le acuso de sentarse a la mesa y comer con pecadores, de perdonar y recibir en su mesa a los expulsados de la alianza (publicanos y prostitutas). La manera de defenderse ante esta acusación es contando esta parábola, en la que Dios (pastor mesiánico) viene y muestra su solidaridad y amor con las ovejas perdidas. (Juan 10:12-16) NVI "Yo soy el buen pastor.  El buen pastor da su vida por las ovejas. El asalariado no es el pastor,  y a él no le pertenecen las ovejas.  Cuando ve que el lobo se acerca,  abandona las ovejas y huye;  entonces el lobo ataca al rebaño y lo dispersa. Y ese hombre huye porque,  siendo asalariado,  no le importan las ovejas. "Yo soy el buen pastor;  conozco a mis ovejas,  y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo lo conozco a él,  y doy mi vida por las ovejas.  Tengo otras ovejas que no son de este redil,  y también a ellas debo traerlas.  Así ellas escucharán mi voz,  y habrá un solo rebaño y un solo pastor.”

Ante este pasaje, el pastor se ha convertido en padre y amigo del rebaño, siendo él mismo rebaño. Son tres los elementos principales de esta alegoría (simbolismo o característica) del Jesús pastor:

1)    Un elemento cristológico: Jesús se convierte en el genuino pastor, el único que puede conducir hasta la meta a su rebaño. Esto es lo que lo hace diferente a los malos pastores, los cuales se presentan como salvadores, siendo en realidad solamente asalariados, que se aprovechan del rebaño.       
2)    Un elemento eclesiológico: Jesús es el verdadero pastor, porque conoce a las ovejas (las naciones, los hombres, a ti, a mi), dialoga con ellas (tu y yo) en la intimidad del corazón. Solamente sobre ésta base, la del conocimiento personal, se puede fundar la comunidad de los salvados como iglesia donde todos tienen un lugar para vivir en plenitud. Jesús se muestra como pastor y puerta del rebaño; Jesús es el guía, pero también, la casa para las ovejas.  

3)    Un elemento intradivino: El tener una unidad entre el pastor y las ovejas refleja en este mundo el gran misterio del encuentro de Cristo con el Padre, de esta forma lo presenta (Juan 20). De este modo, el cual se lleva hasta el extremo de la figura del pastor, Jesús nos saca del ámbito animal, para situarnos en un plano intensamente personal, de comunicación efectiva. Es de esta misma manera como debemos interpretar el cargo de Jesús a Pedro a quien pide apacentar a sus ovejas según lo dice (Juan 21:16-17) RV60 “Volvió a decirle la segunda vez: Simón,  hijo de Jonás,  ¿me amas?  Pedro le respondió: Sí,  Señor;  tú sabes que te amo.  Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón,  hijo de Jonás,  ¿me amas?  Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas?  y le respondió: Señor,  tú lo sabes todo;  tú sabes que te amo.  Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.” En esta línea se puede decir entonces que los ministros de la iglesia son pastores que aman a las ovejas, que dialogan con ellas como lo hizo el Buen Pastor (Cristo).

 Entonces ¿cuál es la tarea actual del pastor?
Para finalizar esta reflexión, encontramos las palabras de (1 Pedro 2: 25) NVI que dice “Antes eran ustedes como ovejas descarriadas,  pero ahora han vuelto al Pastor (obispo o guardián) que cuida de sus vidas.” Jesucristo aquí aparece como Pastor porque fue rechazado por su propio pueblo y sufrió sin vengarse, lo mismo que el Siervo de Isaías. No se muestra como Señor supremo o Sumo Sacerdote según la línea de Melquisedec, sino solamente como un pastor que cuida y vigila, usa un método fuerte de carácter simbólico, el cual nos sitúa cerca del panorama eclesial de (Mateo 23:8-12) NVI el cual dice “"Pero no permitan que a ustedes se les llame 'Rabí',  porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos. Y no llamen 'padre' a nadie en la tierra,  porque ustedes tienen un solo Padre,  y él está en el cielo. Ni permitan que los llamen 'maestro',  porque tienen un solo Maestro,  el Cristo. El más importante entre ustedes será siervo de los demás. Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado,  y el que se humilla será enaltecido.”, este pasaje nos dice que nadie puede ser padre, maestro o pastor de los otros, porque todos los creyentes son hermanos.

La iglesia necesita pastores, pero pastores nuevos para los nuevos tiempos, unos pastores que logren reflejar y actualizar, en las nuevas condiciones culturales y sociales de la postmodernidad, el impulso de Jesús y de sus primeros seguidores. No debe tratarse simplemente de mantener la iglesia para que no se caiga, sino de de rehacerla, tomando su fundamento que es Cristo.
 
El Pastor no debe limitarse a preparar un mensaje, un sermon, y predicarlo, un pastor de amor debe relacionarse con sus ovejas, escucharlas, atenderlas, cuidarlas con amor, mas que mostrarse como un lider encima de ellas, debe estar como guía a lado de ellas, siendo el mismo oveja, mostrandose amigo de batalla en el evangelio, no mostrarse como alguien inaccesible, sino abierto a compartir y vivir con ellas. Un pastor de amor, sigue el ejemplo del Jesús de amor... y da su vida por las ovejas...